Uno de los lugares de tendencia durante el verano es Punta del Diablo, con su encanto único cautiva por natural, casual y desordenado. Sin haber perdido su sencillez de pueblito pesquero, el balneario convoca jóvenes de estilos descontracturados que de día se nuclean en las hermosas playas y en la noche animan las decenas de bares costeros. Pero Punta del Diablo tiene atractivos para todas las edades. Te contamos los diversos paseos y actividades que hay para disfrutar.
Qué ver y qué hacer en Punta del Diablo
El paisaje de ranchos coloridos agrupados casi sobre el mar define el atractivo especial de este balneario. Pescadores y artesanos son los comerciantes típicos del pueblo, que tiene todos los servicios necesarios y regala lindos paseos por sus calles de tierra.
Punta del Diablo tiene diez kilómetros de costa con varias playas delineadas por tres puntas rocosas, cada una con su perfil distintivo. La Viuda es la más juvenil, con muchos bares y surfistas que aprovechan las olas perfectas que se forman allí. Estas excelentes condiciones hacen de La Viuda sede frecuente de campeonatos internacionales de surf.
Más serena y llana, la Playa de los Botes o Playa de los Pescadores atrae tanto a jóvenes como a familias con sus encantadoras barquitas que llegan cada atardecer con la pesca del día. Al este de esta playa comienza la Playa del Rivero, una bahía con buenas olas para surfear y bares siempre llenos de jóvenes. Más al este, pasando otro peñón de rocas, se extiende la kilométrica Playa Grande, que separa Punta del Diablo y Santa Teresa. Es solitaria y tiene mar abierto con ondas ideales para quienes recién empiezan a surfear.
La tradición pesquera es el rasgo identitario de Punta del Diablo, y no solamente los pescadores artesanales practican la actividad. La pesca amateur se puede disfrutar desde cualquier roca. Hay buena captura de pez martillo, chucho y cazón. Eso sí, hay que llevar varios repuestos de tanzas y anzuelos porque la marea golpea con fuerza sobre las rocas. Las algas y los mejillones también se encuentran en abundancia.
Quienes quieren disfrutar los sabores del mar sin necesidad de salir a pescar, tienen para elegir cantidad de barcitos y restaurantes especializados en pescados y mariscos. La gastronomía de Punta del Diablo es tan sencilla como fascinante y variada: desde restaurantes elaborados frente al mar hasta pequeños locales de comidas al paso. Los buñuelos de algas y las miniaturas de pescado son los clásicos que hay que probar.
De noche, la actividad de los restaurantes da paso a la movida bohemia de los pubs. Tragos, música en vivo y baile hasta el amanecer son la consigna de la movida nocturna en Punta del Diablo.
Los que buscan contacto con la naturaleza, pueden alejarse del centro y transitar las dunas del Cerro del Rivero, subir al espectacular Cerro Verde en la Playa Grande y continuar hasta el Parque Nacional Santa Teresa, a solo cuatro kilómetros por la costa.
